jueves, 17 de septiembre de 2009

Una espada de doble filo

Hace ya unos días que en medio de un ambiente confuso se aprobó en la Cámara de Representes la iniciativa de algunos partidos políticos uribistas que buscan un tercer mandato del presidente Uribe. Don plebiscito, como le han llamado algunos, parece que volverá a las urnas como hace 5 años para preguntar si el actual presidente debe o no continuar en el poder ejecutivo –claro está, conjuntamente nos pedirá que sí aprobamos la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños y la cuestión sobre el agua como derecho fundamental de la nación y los ciudadanos-. Todo junto como si las situaciones fueran iguales y de la misma magnitud. Aunque a decir verdad en estos momentos no sabemos que es más urgente para el país: si un gobernante que se quiere perpetuar el poder porque se cree la única solución de todos los problemas que tiene el país o la condena perpetua para bestias asesinas violadoras de niños –que según el derecho natural y la lógica nos dicen que debe ser así sin necesidad de referendos- o el grave peligro de que el agua -un recurso natural que no tiene dueño- caiga en manos de los ricos y sea privatizada (como si ellos hicieran llover). La verdad es que la situación está un poco grave y el panorama es un poco desolador. Se avecinan tiempos calientes y el agua está lejos.

No obstante, aunque mi intención no es tratar de hacer una colcha de retazos con los tres temas, si me interesa uno en particular y es la forma como el referendo ha llegado hasta la Corte Constitucional para su aprobación. Si mal no recuerdo fue hace cerca de dos años que la recolección de firmas para presentar una iniciativa ante el Senado de la República que permitiera la segunda reelección inmediata del presidente empezó a recorrer todo el país. Como era una gran empresa se necesitó mucha ayuda y no importaba de donde viniera, así fuera de DMG. Meses después hubo un gran problema por la forma como el texto original había sido redactado; y como no iba a estarlo, si los uribistas –y hasta el mismo presidente- querían reelección indefinida, como en Venezuela. Después una demanda de un representante buscaba neutralizar a cien representantes que habían incurrido en posible prevaricato, al haber realizado la votación del texto a horas de la madrugada, como si quisieran ocultar algo. Sin embargo, aunque la Corte Suprema de Justicia quiso investigar, y alcanzó a llamar a algunos, los representantes hicieron de las suyas y entre ellos se habilitaron para votar y no asistir al llamamiento que la Corte les hizo. Luego, cuando ya se había iniciado la carrera contra el reloj, y después de que todos los representantes y el país escucharan como el ministro del Interior estaba tirando la casa por la ventana en la Cámara para comprar votos y conciencias, muchos, haciendo uso de su ética, decidieron no votar a favor de la iniciativa y fue entonces cuando se dio la deserción de varios representantes al partido de la U de forma repentina. Sería esta última situación la que pondría en entredicho si realmente era el pueblo el que quería reelegir al presidente o eran sus considerados amigos.

La verdad es que el panorama que ha dejado a lo largo de los meses el referendo es algo vergonzoso y criminal, ya que aceptar ayuda de criminales, así uno sepa o sea a sus espaldas (como sucedió en otros tiempos), es algo que no tiene nombre. O tal vez sí, y se puede llamar obsesión. Porque cuando alguien está obsesionado con algo se aferra a él con todas sus fuerzas y no le importa si para eso tiene que hasta matar, o como es el caso, recibir ayuda de alguien y después traicionarlo persiguiéndolo hasta ponerlo tras las rejas, o comprar conciencias y corromper instituciones, generando así más corrupción.
Da cólera ver el oscuro camino que ha recorrido una iniciativa que han querido hacer saber que es del pueblo y que la verdad no es así. Si esta es la artimaña que el presidente y sus escuderos han realizado para conseguir una aprobación de la Corte Constitucional para su segunda reelección, ¿qué podrá esperar el país con esta clase de gobernantes?

Aunque el panorama es incierto, la verdad es que las cosas mal hechas no siempre quedan bien al final. Y esta podría ser la situación de los uribistas que han trabajado tan duro en esta iniciativa. Después de todo el proceso de recolección de firmas, la elaboración del texto, la aprobación en el Congreso y la Cámara de Representantes, el referendo ahora está en la Corte Constitucional para su revisión final, aprobación y modificación de la Constitución. Sin embargo, esto no se dará siempre y cuando la Corte Suprema de Justicia no compruebe que el proceso fue legal y que no se incurrió en ninguna falta grave a la hora de aprobar la iniciativa. Ojalá la Corte Suprema sepa leer los acontecimientos y los sucesos mencionados anteriormente que acompañaron el referendo en todo su proceso. Esperamos que sepa encontrar en las denuncias hechas por el mismo DMG sobre sus ayudas económicas y logísticas, las de Rafael Pardo sobre los ofrecimientos del ministro del Interior y de Justicia, y la de los Representantes Rozo Gómez y Lara, los argumentos para declarar inaceptable la iniciativa por las constantes denuncias y las bochornosas y oscuras situaciones por las que ha pasado el referendo. Como están las cosas, y si la Corte Suprema continúa con la misma actitud con que ha enfrentado al presidente por sus constantes abusos al sistema democrático del país, es muy posible que la misma estrategia que los uribistas utilizaron para sacar a como diera lugar el referendo, se convierta en suya propia y les termine dañando el caminado.

Jhon Fredy मेयर तमयो
Director de El Búho

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