miércoles, 25 de marzo de 2009

La recesión económica de los colombianos

Es común que por estos días todo el mundo hable de la crisis económica que vive el mercado mundial. Parece ser que en estos momentos hasta el más humilde de los colombianos se volvió un experto en economía. Ya es normal que todos estemos pendientes de cuantos puntos bajo la bolsa de New York o cuanto subió el dólar, el euro, o como se cotizo la libra de café y el azúcar colombiana en el mercado mundial. Incluso ya sabemos cuántos millones de dolores necesitan las empresas norteamericanas para recuperarse del colapso que vivió el World Streep Center el año pasado y de las estrategias financieras que tienen el presidente de los Estados Unidos, los europeos y los orientales para sopesar la crisis. Es tan grave la situación que hasta estuvimos al tanto de lo que sucedía en el foro de economía mundial realizado en Suiza a finales del mes pasado. Hemos caído tan bajo que hasta nuestro heroico presidente Álvaro Uribe realizó un conversatorio con el presidente de México, Felipe Calderón y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.

Sin lugar a duda el fenómeno de la economía nos ha abarcado totalmente. Desde los años 30 del siglo pasado, la economía no sufría un declive tan fuerte como el que estamos viviendo en estos momentos. Ha sido tan fuerte el colapso que muchas empresas norteamericanas han quedado en la ruina y otras han tenido que despedir a más de la mitad de sus empleados. La crisis ha sido tan grave, que hasta las grandes potencias como Inglaterra, Francia, Rusia y Alemania han entrado en recesión. Realmente el problema es más grave de lo que nosotros podemos pensar, pues el hecho de que el sistema económico mundial, que es el capitalismo, este en quiebra es preocupante para la población mundial.

Sin embargo, mientras los países más poderosos del mundo no saben qué hacer ante la situación presentada, y más bien deciden entrar en recesión mientras todo se calma o se vuelve a recuperar, en nuestro país parece que este fenómeno no produjera ningún resultado negativo. Parece, según el ministro de Hacienda Iván Zuluaga, que el problema de la crisis y de la recesión no nos afecta. Resulta tan falso eso, como si dijéramos que en ningún momento las pirámides o las captadoras de dinero no existieron en ningún momento en el país. Como si los más de cuatro mil afectados solo fueran extras de una gran película de cine como Troya, Gladiador, Corazón Valiente o la Gran Estafa. Eso que dice el ministro Zuluaga, no sería propio ni siquiera para alguna isla perdida en la inmensidad del océano pacifico. Por el contrario, Colombia es un país que con más razón que los demás países del mundo debería encontrarse no solo en crisis sino en cuidados intensivos. ¿Por qué? ¿Acaso Inglaterra, Francia, Rusia o Alemania tuvieron el problema de las pirámides al interior de su economía? No, y así entraron en recesión, entonces ¿nosotros por qué no? ¿Es nuestra economía la más sostenible y líquida del mundo como para no entrar en crisis como los demás países? O ¿acaso no teníamos necesidad de entrar recesión porque ya vivimos en ella? Creo que los miles de colombianos que percibimos salario en el país podemos responder muy bien esta pregunta.

¿Qué colombiano a los tres días de haber recibido el salario, sea mensual o quincenal, tiene dinero en el bolsillo para gastar en algo que quería o necesite? No hemos recibido el salario y ya en la mente estamos haciendo cuentas: Que el mercado, los recibos, el arriendo o la cuota de la casa, la mensualidad del colegio, los pasajes, los gastos del niño o de la niña, lo de la tienda etc., y me quedan como ¿…? Esta es la realidad del común denominador de la mayoría de los colombianos que devengamos un mínimo o máximo dos. No nos queda ni para una salida con la familia el día domingo, y si salimos hay que dejar de comprar algo o pagar con la tarjeta de crédito y empezar a quedar con deudas. No se justifica que no nos quede ni para la recreación familiar y en ocasiones ni para los pasajes, porque muchos colombianos tienen que llegar en bicicleta al trabajo. Si los americanos y los europeos hablan de crisis, realmente no han vivido en Colombia y no se han tomado la molestia de saber cómo vivimos aquí, pues nosotros mantenemos en crisis constante y nos quejamos. Tanto es así, que según cifras del DANE, desde el año 1988 hasta el 2008, el salario solo ha tenido un aumento en promedio de $ 21.695 pesos por año. Mientras que el de los congresistas ha tenido un aumento de $ 524.000 pesos por año. ¡Cómo si los únicos que trabajaran en este país fueran ellos! Trabajan tan duro que hasta necesitan dos suplentes en el Congreso, dos secretarias, tres escoltas y una oficina privada.

Crisis, de eso que nos hablen a nosotros los colombianos que ya estamos cansados de eso. ¡Aunque la verdad es que como en este país tenemos tanto dinero y estamos también que ni la crisis económica mundial ni las pirámides nos preocupan, entonces qué! ¿Acaso alguien se ha detenido a pensar cuánto dinero invirtió la gente del país en las pirámides? Lo único que sabemos es que los noticieros dicen que uno se perdió con 30 mil millones, otro con 100 mil y otro con 200 mil millones. ¡No sabemos nada más! ¿Será acaso que estos argumentos no son suficientes para decir que a diferencia de otros países, nosotros deberíamos estar en la ruina, o sea, en cuidados intensivos?

El gobierno nacional no ha reconocido la gravedad de la situación en nuestro país porque no quiere reconocer que se durmió con lo de las pirámides. O no se durmió, sino que lo sabía pero se le salió la cosa de las manos. Nuestro gobierno fue negligente y permisivo con las pirámides. En este asunto ha sido más honesto y sincero el gobierno de los Estados Unidos, que reconoció que le había faltado control con las inversiones y los movimientos que se estaban haciendo en la bolsa de New York. En cambio nuestro gobierno no ha querido reconocer nada sino que lo único que ha hecho es tener encerrado a un muchacho buscando la manera de cómo presionarlo para que reconozca cargos que ni se sabe si son verdaderos. Como si con eso fuera a solucionar el problema social tan grave que tenemos al sur y centro del país.

Si alguien aún considera que los únicos afectados por la crisis mundial son las grandes potencias, qué será entonces de este pobre país subdesarrollo que vivió todas las plagas de Egipto de un solo golpe con pirámides incluidas. No sigamos creyendo lo que dice el ministro y el presidente frente a la economía porque es falso. Lo mismo nos dijo el ex-ministro de agricultura Andrés Felipe Arias, en cuanto al alza exagerada del arroz. Que ya venía una cosecha de arroz y que el precio volvería a ser el mismo pero este nunca regreso a su precio normal. Podemos ser un país sin conciencia social pero nunca un país que crea mentiras que se caen por su propio peso.
Si algún país quiere saber cómo se vive en una crisis, que venga a Colombia y conozca la realidad que nosotros vivimos desde siempre y aprenda cómo hacer magia con los dos pesos que nos ganamos para poder sobrevivir. La recesión económica mundial será por un tiempo y muy pronto tendrá solución, pero la de nosotros será eterna y sin más esperanza de acabarse como que los colombianos exigiremos al gobierno el acuerdo humanitario.

Jhon Fredy Mayor Tamayo
Director de El Búho

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